«Cuando a uno lo absuelven, las sensaciones son muy buenas.
Pero también agridulces, porque nos han tenido siete años como
imputados. El juicio, con toda esa atención mediática, no se lo deseo a
nadie. Me siento liberado de esa presión», afirmaba ayer Vicente Belda.
El antiguo director del equipo Kelme, más tarde Comunitat Valenciana, se
enteró en su casa de Cocentaina de la sentencia de la operación Puerto,
en la que se le acusaba de un delito contra la salud pública, el tipo
penal que sanciona el tráfico o suministro de drogas y sustancias
dopantes.
Se le acusaba de tener conocimiento del dopaje dentro de su
formación y de las prácticas de Eufemiano Fuentes. Tras meses de
silencio, al estar el procedimiento abierto, Vicente Belda vuelve ahora a
manifestarse.
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