La del pasado domingo no fue una victoria más de nuestro corredor Javier Aparisi, fue una victoria empujada desde el cielo, alguien que nos dejaba la pasada semana. La semana empezó trágicamente con el fallecimiento del padre de Aparisi, un traspiés que puso en entredicho la participación en la prueba de Potries, pero alentado por el equipo, familiares y amigos sacó fuerzas de donde no las había para correr. En la parrilla de salida se guardó un minuto de silencio por el fallecido y que hizo que ya en la primera vuelta Javier pusiera tierra de por medio marchándose en solitario.
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